La lavanda es una de las plantas más bonitas y útiles que existen (sí, es nuestra favorita). Aún recuerdo la primera vez que vi un campo de lavandas, éste más parecido a un inmenso mar pintado de morado, en los que se diferenciaban largos caminos que se perdían en el horizonte. El olor era indescriptible, nada más relajante que caminar por un campo de lavandas respirando pura tranquilidad. Cada vez que la huelo, me transporto a ese momento y eso me hace sentir feliz.
Pero ¿qué es la lavanda? La lavanda es una planta aromática de la especie (Lavandula angustifolia) que pertenece a la familia Lamiaceae, es decir es prima de la albahaca, el romero, la menta y muchas otras plantas de gran importancia para el mundo medicinal y culinario. Ésta crece como un arbusto y tiene flores de color morado con un olor indistinguible que permanece en ellas aún después de ser cortadas. Es nativa del mediterráneo y por eso en países como España, Francia, Italia o Croacia la puedes encontrar en estado salvaje.
La lavanda es utilizada desde la antigüedad por los egipcios y romanos, es conocida por sus propiedades relajantes y calmantes. Reduce la ansiedad, el estrés, los dolores y la irritabilidad. Tiene la facultad de calmar emociones y ayudar a conseguir un sueño reparador (bye bye insomnio!). Además, desinfecta y cicatriza, es antiinfecciosa y tiene la ventaja que es súper recomendada para bebes y niños (yes!).
Gracias a todas sus ventajas, sus flores y hojas son usadas como hierbas medicinales, ya sean secas, como infusión o como aceite, obtenido con la técnica de destilación por arrastre de vapor (Levante la mano ¿Quién llevó química orgánica en la universidad y se acuerda de esto? Yo aún sudo frío al recordar estos reportes del laboratorio jaja).
El aceite de lavanda es utilizado para hacer aceites de masajes, lociones, almohadas terapéuticas. Sus flores secas son utilizadas también para alejar a las palomillas pues a estas no les gusta el olor. Por eso es bueno poner una bolsita con flores secas de lavanda dentro de tus gavetas y closets, olerá bien y alejará a esos insectos que no son bienvenidos.
En Ainara te invitamos a que pruebes nuestros productos de lavanda, ya sean nuestras almohaditas o como aceite esencial. Aquí te dejamos como recomendamos el uso de este aceite:
– Añade unas gotas de aceite a tu almohada, ropa de cama o en los pies para relajarte antes de dormir.
-Calienta tu almohadita ainara y siente los beneficios de la lavanda.
– Aplícate aceite después de una quemadura o de un piquete de mosquito, ya que calma las irritaciones ocasionales de piel.
– Añade cinco gotas en el difusor, como aromaterapia.
– Puedes colocarlo directo en tu piel, mas no lo recomiendo para personas con piel sensible, ni para bebes ni niños. Para esos casos, debes diluir el aceite esencial en un aceite de coco o almendra.
